Definitivamente hay noticias estables para la saga Hellraiser. Su escritor original, el novelista Clive Barker, tomará el mando del guión del remake que prepara Dimension. Barker ha anunciado además que se tratará de «una película más rica y oscura que la original» y que no sea abusará de las imágenes creadas por ordenador (CGI), sino que el maquillaje tendrá un papel esencial. También se ha confirmado que Pinhead volverá a estar encarnado por Doug Bradley, su intérprete original y líder de los Cenobitas
La película tuvo varias secuelas -nueve en total-, pero solo la primera entrega fue escrita y dirigida por el propio Clive Barker.
El film original data de 1987 y nos cuenta la historia de Frank Cotton, quien tiene en su poder un enigmático cubo dotado de poderes extraordinarios. Según antiguas leyendas, es una especie de puerta a seres de otra dimensión que pueden proporcionar placeres sensuales inimaginables. Cotton convoca a estas criaturas, pero sólo le infligirán tormentos y dolor hasta acabar con él. 20 años después, dos nuevos inquilinos se instalan en la antigua casa de Frank: su hermano y su esposa. La aparición del espíritu de Frank es el principio de una vorágine de horror en estado puro.
La película cuenta la historia de Mark Fisher, un hombre que dos años atrás desapareció de su casa absorbido por un brillante haz de luz. Su amigo Seth fue la última persona que le vio con vida. Ahora, una serie de extraños y macabros asesinatos que están ocurriendo en la ciudad, hacen pensar a Seth que su amigo Mark ha vuelto… pero con algo diabólico en su interior.
Por las imágenes que podemos ver, puede ser uno de los momentos más sangrientos y violentos de todo el festival, pero habrá que esperar y sentir si es cierto que su violencia y gore, están a la altura de lo prometido.
“Se acaba de cortar el puto brazo, ¿te parece normal eso?” Con esta frase de uno de los protagonistas y la secuencia que genera dicho comentario, probablemente sea lo mejor de este esperpéntico remake de Evil dead (Posesión infernal, 1981) de Sam Raimi. Miles de litros (10.000) y más litros de sangre decían haberes gastado en esta película “gore” que volvía a poner las cosas en su sitio. Y una con perdón… Dejar caer una lluvia de agua roja porque me da la gana, también sé hacerlo yo. ¿Sangre en forma de lluvia significa gore? ¿Significa gore ver varias amputaciones y sangre circular por el rostro de algunos de nuestros horribles protagonistas por unos instantes cuando una película dura hora y media? Por estos pequeños, ridículos momentos no se le puede llamar gore a una cosa que no es ni de terror, ni es nada. Sopor y terror, pero ante tanto intento por querer llamar la atención al precio y de la manera que sea. Esta película es terrible, y aunque en una ocasión me dijeran que criticar para mal no era constructivo, pienso que sí que puede ser constructivo. Siempre puede existir esa construcción. En este caso, anunciando, avisando a posibles presas de este desacierto de film, para que no pierdan el tiempo con ella. En serio. Esto es muy constructivo.
Fede Alvarez, guionista y director, se atreve con un clásico, con unos de los clásicos más halagados durante años, para darle un nuevo lavado y querer, que no conseguir, tanto él, como su trabajo, estar en boca de todos. Sí, pero para salir a buscarte entre esos todos y enseñarte lo que es terror y gore con todas sus letras. No se puede poner a cinco persona ahí, en una cabaña, y esperar a que digan dos renglones de guión con coherencia y actúen con un mínimo de profesionalidad. Dejarles caer sangre, embadurnándolos enteros, y cortar dos brazos. ¡Hale!, ya tenemos un precioso y brutal film, remake a la vez del trabajo de Raimi. Por no hablar del malogrado guión, con absurdeces y más agujeros que los bolsillos que mi pantalón. Aquí todo marcha a trompicones y avanza según le viene en gana a su creador. Ahora aquí, después allí, todo sin importar ritmo, curso del guión ni nada. Conforme el ha querido, buscando nada más que llamar no sé qué atención del espectador conforme y barato. Así lo pienso. Y no entiendo las críticas tan exageradamente buenas que tiene.
Se sabe de sobra de que va esta historia, al menos los conocedores del tema. Cinco amigos se alojan en una cabaña de Tenessee para así poder ayudar a una de los jóvenes, que se encuentra en rehabilitación por drogas (razón inventada en esta ocasión lo de la joven en estado de rehabilitación). Estar sin sus drogas convierte a la chica en una persona agresiva, lo que llevará a sus amigos a no darse cuenta de que en realidad esta poseída por demonios que fueron desatados al leer el Necromicon… Y el culpable de leer este libro de los demonios, se debería de haber estado igual de quieto que el director cuando dijo de abrir el libro, y no dar comienzo así al camino del absoluto desorden y aburrimiento demoníaco (porque esto sí que una auténtica maldad) que se puede presenciar. No hace falta más que unos pocos minutos para darse cuenta en el berenjenal en el que uno se ha metido al darle al “play” de esta cinta.
No me gustan, salvo excepciones muy gordas, esto de los remakes, precuelas, secuelas, o re-cuelas. Esto es un despropósito total. Una falta de originalidad. Un caos en el séptimo arte. Un desajuste en la línea del consumidor de cine que tiene que retroceder con el “rewind” e intentar olvidarse de lo que ha visto. En este momento tiraríamos de muchas otras películas que nos ayudarían a echar para atrás en el tiempo sin alterar, nada más que lo justo, el curso de nuestras vidas.
No escarmiento, pero es que soy cabezón y estoy encabezonado en conseguir, siempre que de verdad lo merezca, ser asombrado por una película de fantasmas, profecías, espíritus, exorcismos… pero nada. No hay manera. Un chasco detrás de otro. Y mi nueva y última incursión –y desencanto– ha sido con Expediente Warren: The Conjuring. La culpa he de echársela al póster que se puede ver arriba y a unos insignificantes segundos de una penosa copia que me descargué, que con las mismas borré, y directo al cine que me fui. Sí, es curioso, pero esta vez la culpa es de este gran cartel y cinco segundos, que igual y debido a la mala calidad, le dio ese aire malsano y lleno de grano, que me pensaba que tendría todo el film y luego no resultó ser así. Expediente Warren, para mí, vuelve a ser una tomadura de pelo, que juega con el sonido y los sustos siempre esperados, aunque algunos inesperados, la verdad, pero que se olvida por completo de confeccionar una trama que de verdad atrape, y ya no por el terror, sino por la calidad de su historia.
La película, basada en la historia real de la familia Perron y sus encuentros sobrenaturales en su casa de Rhode Island. Cuenta como Ed y Lorraine Warren, investigadores de renombre en el mundo de los fenómenos paranormales, son llamados por una familia aterrorizada por una presencia oscura en una granja aislada. Obligados a enfrentarse a una poderosa entidad demoníaca, los Warren se encontrarán atrapados en el caso más terrorífico de sus vidas… De sus vidas y de algunas de las chicas que acudieron a la sala en la misma proyección que un servidor. Aparte de su hora de té, charla, comidita de golosinas, patatas y refrescos, también pegaron un buen grito en una escena, que les duró parte del metraje. Puede incluso, que alguna de ellas llegara a hacerse encima. Seguro! Pero bueno, esto es también otra lucha con la asistencia de ciertas personas a las salas de cine. A lo que vamos. A Expediente Warren y su conjuro para engañarnos con un fallido trabajo, que por momentos roza lo incomprensible en cuanto a guión, secuencias…
Dicen, decían o dirán que es de lo mejorcito en cuanto a terror se trata de este año 2013 –eso es con lo que yo soñaba. Que el estilo a “una” antigua usanza, como ese terror de antaño donde una pantalla granulada ya servía de efecto para mantenerte en tensión, es marca de este conjuro para conseguir lo que otras películas hasta ahora no estaban consiguiendo. De esas inexplicables pero efectivas propuestas que de repente daban el giro y efecto necesario para desencadenarse en verdadero y auténtico dolor y terror reflejado en tu cara y vello. El intento del vestuario trasladándonos a esa misma época. Todo, todo lo que podáis y queráis recordar de las películas de terror de los setenta, quieren ser efectivas aquí, a base de empujones en el guión y, sobre todo, de una lucha entre las dos protagonistas adultas: Lorraine Warren (Vera Farmiga) y Carolyn Perron (Lili Taylor).
Sinceramente, esta película es otro querer y no poder, pero ya no sólo mío, sino de un director y un guionista, que son ellos mismos los primeros en asustarse y salir a la estampida de una historia jamás encontrada. Una lucha por querer hacernos bajar a un sótano donde hacernos ver el terror más frío y cruel. Una batalla por horrorizarnos con apariciones fantasmagóricas, sonidos del más allá y, cuerpos en estado de putrefacción, pero no. Se acaba la película y vuelvo a darme cuenta de que no, que la cosa no ha funcionado tampoco esta vez. Que sólo, o de lo poco de la película, los títulos de crédito finales, es lo que me llama la atención.
¿De verdad es una de las películas de terror del año? Voy a santiguarme ahora mismo y no soy creyente.
Estamos de enhorabuena. Hay motivo por el que alegrarse. Nace un nuevo festival de cortometrajes de corte de terror, fantástico, gore… Es por eso, que es un gran año. Suspiria Fest llenará la cabeza loca de nueva y fresca savia sangre de todos los malsanos seguidores de las más delirantes, fantásticas y putrefactas historias que puedan ocurrirsele a sus creadores, pero en plan corto.
Para octubre, para más inri, fin de semana de mi cumpleaños (18 y 19), se celebrará en San Vicente del Raspeig (Alicante) durante dos días, un festival, que por lo que se puede observar, tiene pinta de convertirse en algo grande y de referencia. Su vecino ratuno de Alcantarilla (Murcia) ya lleva algún año dándonos alegrías y horas de convivencia de lo más agradable que una pueda tener.
Esperamos, a falta de su llegada y celebración, que la cantidad de cortometrajes enviados sea de tal dimensión, que haya para mil ediciones, jeje. Esperemos, que calidad de los mismos, como la organización, estén a la altura de lo que sus mismos creadores quieren con esto. Ahora sólo queda esperar.
BASES CORTOMETRAJES I Festival de cine Fantástico y de Terror.
SUSPIRIA FEST 2013
1- Los trabajos deberán ser originales
2-Deberán enviarse dos copias en formato dvd con información sobre el cortometraje y su realizador/a. Imprescindible incluir dirección de e-mail.
3- Se podrán presentar tantos cortometrajes como se quiera, siempre que se ajusten a la temática requerida. La temática podrá ser: terror, fantástico,ciencia ficción, gore, psicológico, experimental, bizarro… sin importar presupuesto ni medios con los que se haya rodado.
4- Los cortometrajes podrán estar rodados en cualquier idioma pero deberán facilitarse, en caso de no estarlo deberán estar subtítulos para su traducción en Castellano o valenciano.
5- La duración del cortometraje no deberá superar los 30 minutos.
6- La fecha límite de recepción de cortometrajes será desde 6 de marzo al 6 de noviembre 2013 ¡Muy importante! a partir de ese día el apartado de correos queda cerrado.
6- Una vez enviados, los cortometrajes pasarán a formar parte de la mediateca del festival “SUSPIRIA FEST” . Cualquier realizador/a podrá solicitar el reenvío de su cortometraje, que correrá a su propio cargo.
7- La participación en esta muestra implica la aceptación de estas bases y el incumplimiento de las mismas conllevará la descalificación.
8- Sólo se aceptarán trabajos de personas mayores de edad.
9- Podrán presentarse trabajos rodados desde 2008.
10- La participación está abierta a todos los trabajos, tanto nacionales como internacionales.
11. Los trabajos se enviarán a la siguiente dirección:
Nosferatu, un clásico, este gran clásico, con una de las secuencias más maravillosas, terroríficas, sombrías y vistas del séptimo arte, pasó por delante de mis ojos hace apenas unos días. El lugar, el festival de cine fantástico Europeo de Murciacelebrado en la Filmoteca Regional y, con una peculiaridad más, fue acompañada la proyección por dos músicos, Lucas Albadalejo (teclado) y Victor Díaz Pastor (guitarra), que elaboraron una música dulce y especial de cosecha propia para la ocasión. Decir, que ambos trabajos unidos –y para deleite de los asistentes- hizo que presenciáramos uno de los momentos más bonitos del festival y de la vida de uno como cinéfilo o espectador. Son muchos los momentos grandes que resaltar para un cinéfilo, pero este ya es uno más en mi lista particular.
Es sabido de este film de terror como uno de los ejemplos claros de vampirismo auténtico, obra clave del expresionismo alemán y del terror en todas sus vertientes; poética, estilista y tenebrosamente hablando. Porque en esta joya, adaptada libremente por F.W. Murnau de la obra de Bram Stoker, “Drácula”, -la viuda de Stoker logró que se reconociese la autoría, y obtuvo una orden judicial para destruir los negativos y todas las copias de la película-, podemos presenciar, saborear y disfrutar a lo largo de noventa minutos de un derroche de luces y sombras en secuencias inolvidables y mágicas, que pocas veces podrá tener uno la oportunidad. De una poesía cuidada, magistral y oscura, llamada a contagiar enfermedades de cualquier tipo, como en la propia película sucede. Aclarar, resaltar –acabo de leerlo-, que el nombre del film, “Nosferatu”, proviene del griego “Nosophoros”, que significa portador de plagas, ya que el vampirismo era según la literatura, una plaga. Y así sucede en esta pieza de culto, recordemos, filmada en 1922 por un Murnau, que por entonces, era de los más reconocidos en este campo. El conde Orlok, fuera o no un vampiro real –se dice que practicaba el vampirismo- era transmisor de plagas y allá por donde pasaba, oníricamente o no, su sombra, bocado o estampa, te mataba o petrificado dejaba (esto último por la absoluta maestría a la hora de moverse, de actuar). La forma de su cabeza, orejas puntiagudas, perfil y unas uñas que dan miedo, son detalles de mucho valor realzados cuando la luz, sobre todo, dejaba su imagen grabada en una pared.
Hutter (Gustav von Waigenheim) viaja hacia Transilvania para intentar vender una propiedad en Bremen al conde Orlok (Max Schrek). Llega a la región y descubre el miedo de sus habitantes cuando comenta su visita al castillo de Orlok. A pesar de ello y de la lectura de un libro sobre vampiros, Hutter llega por la noche al hogar del extraño conde, con quien negocia la compra del inmueble. A la mañana siguiente y tras despertarse, descubre dos pequeñas heridas en su cuello… Su vuelta a Wisborg será una dura lucha contra su agónico estado de enfermedad y por llegar a tiempo y salvar a Ellen –su mujer-, en peligro desde que el conde la vio en una fotografía. El descubrimiento de que Orlok es realmente un vampiro, será el comienzo de un final plagado de muertes e interrogantes.
Sobre este acontecimiento cinematográfico lleno de terror y furor, os puedo decir, que gracias a los culpables de cámaras, fotografía, dirección, escenarios y ambientación de la película, sumado a la impresionante y elocuente música de Lucas y Victor que hizo de banda sonora, pude ser testigo de un momento evocador de otros momentos igual no vividos aún, pero significativos a la hora de creer en el terror y sus muchas formas existentes que tiene.
Nosferatu, que muerde y apesta hasta matar, es increíblemente bella.
Fue tan duro el batacazo que me llevé con “H2”, que crucifiqué casi de por vida al señor Zombie. Me cuesta creer y perdonemen los/las que babeen por esta película, pero es que no hay por donde coger a un tipo enmascarado que se pasa todo la película andando a través de praderas, carreteras infinitas, gasolineras y matando todo lo que se le cruza. Es insulsa rematada. Es penosa. Y por esto, mi visionado con su siguiente trabajo no era demasiado entusiasta, por no decir que nada. Pero vayamos a los señores de salem y como Rob Zombie se desenvuelve con su nueva historia.
The Lords Of Salem de puño y cámara de Rob, cuenta como desde hace mucho tiempo, en Salem (Massachusets), centro neurálgico del mal, las brujas celebraban sus aquelarres. En la actualidad es, al menos en apariencia, una ciudad normal. Heidi (Sheri Moon Zombie) presenta un popular programa de radio centrado en el rock duro; un día, recibe un vinilo promocional de una banda llamada The Lords. La música, extraña y siniestra, la deja profundamente turbada, provocándole pesadillas y alucinaciones.
Quede claro, que la sinopsis e idea de la película, personalmente, me parece fantástica, atractiva y poderosa, pero otra cosa es lo que vemos cuando nos adentramos en este nuevo experimento del músico pasado a director. ¿Un nuevo fiasco? ¿Vuelve a tener mi perdón? ¿Ha sabido explotar su idea? Muchas preguntas vuelven a surgirme después de su visionado y, la verdad, es que por el momento será puesto nuevamente donde lo tenía después de aquella “La casa de los 1000 cadáveres” y por los impresionantes veinte primeros minutos de “Halloween. El origen”. “Los renegados del diablo” me pareció menor que su primer trabajo y mejor que su trabajo posterior. Esta “The Lords Of Salem”, la colocaría por el tercer peldaño, más o menos y para que se me entienda. Es una película que técnica y visualmente sí que me ha gustado. Aquí, nuestro prolífico director, si ha sabido sacudirse bien el polvo que lo cubría.
Para aclararos un poco más, decir que ese atractivo del que os hablaba, se perderá por el soso guión que te tiene. Te hace estar en ascuas por querer ver el desenlace final, pero son unas ascuas más bien frías. No hay consistencia en su actriz principal, la chica Zombie, ni en sus dos compañeros de reparto y trabajo. El punto fantástico sí que está ahí presente, pero también algo perdido entre la propia neblina, me repito, de un guión si peso ni estable. Y poderosa, sobre todo, en su realización, que sí resalto; textura, trato con la cámara y una parte final donde Rob se deja llevar por la psicodelia y saca a flote una serie de instantáneas, secuencias y momentos, verdaderamente llamativos, imponentes y llenos de locura, sangre, ritos satánicos, personajes inolvidables y diálogos que machacan. “SATAN COME TO US WE ARE READY”. Pero sólo eso, la psicotrópica parte final visualmente es lo que hace ganar un poco de nota a este trabajo.
Destacar también, como no podía ser de otra forma, la música que acompaña al film. Elegida con gusto, acertada y haciéndole ganar unos pocos puntos para que no sea todo tan gris. Gris como las cenizas que quedan de restos de los ritos de las brujas, vigiladas por la cabra del mal. expectante de cualquier acto no acorde a sus creencias. Colores chirriantes, fuertes y con tendencia a bañar de maldad y suciedad, como todos y cada uno de los habitantes de la gran pesadilla que vive y sufre Heidi, de sangre, odio y un lúgubre lugar donde residir en compañía de Satán.
Con sólo tres películas en su casillero como director: “Parking 2, 2007”, “A un paso de la muerte, 2009” y “Maniac, 2012”, Khalfoun está irrumpiendo poco a poco, silenciosamente, de forma inteligente, si sigue así y no se tuerce como muchos otros directores, en el mundo del terror, fantástico, gore y demás géneros que se pueden ver en el interior de sus trabajos. Sus dos primeros trabajos están escritos al igual que Maniac, por Alexandre Ajay Grègory Levasseur, creadores entre otras de “Haute Tension”, “Furia” o “Las colinas tienen ojos”; guión y dirección el primero, guionista el segundo. Con esto, la premisa de poder presenciar algo relevante dentro del terror y subgéneros, debería de estar más que asegurada. Sólo espero que este remake de la orginal «Maniac, 1980» dirigida por William Lustig y escrita por C.A. Rosenberg y Joe Spinell sea la base de una carrera prolifera y continúe dando alegrías como la que me ha dado con esta pequeña joya, que para nada esperaba.
Fijándome solamente en esta nueva versión, donde Khalfoun, Elijah Wood, su protagonista principal de cabo a rabo, y los guionistas, que se quedan más anchos que largos y sin medias tintas (cosa que ya echo mucho de menos del señor Aja en su propia filmografía como director), nos topamos con una película sin miedos, sin posibilidad de hacer preguntas, directa, enfermiza, dolorosa, sangrienta y con un ritmo, que gracias a una música realmente acorde, destripa la mente de un chico destruido por culpa de los excesos de su madre en un pasado.
Frank (Elijah Wood) lleva una vida solitaria como propietario de una tienda de maniquíes. A primera vista, parece incapaz de matar una mosca. Sin embargo, hay algo profundamente perturbador en su mirada; un secreto oscuro y perverso que resurgirá tras su encuentro con Anna, una joven artista que acude a él en busca de ayuda para una exposición fotográfica.
Se hace difícil no ver algo de “Drive” de Winding Refn en Maniac. Véase el comienzo, o toda la música del film. Un toque vintage no le falta a este rejuvenecido slasher, que desde su comienzo te tendrá atado al sillón para no dejarte escapar hasta bien acabo su metraje. Todo está bien llevado y contado. Elijah está sublime. Khalfoun nos da perspectivas con su cámara, que llegan incluso a asfixiar al propio espectador. La estética está bordada. El ritmo el adecuado. La enfermedad del guión, de premio. Los momentos más sádicos, gores y locos, me pusieron la sonrisa de oreja a oreja, el vello de punta y las palmas de las manos chocándose entre sí.
Premiada recientemente en el FANT de Bilbao 2013 como mejor película del festival. Probablemente siga acumulando algún premio más, pero eso es lo de menos. Lo que importa es que está escrita, realizada e interpretada con muy buen gusto y sin miedo. Lo verdaderamente valioso, es que un hostiazo de aire fresco, remake o no, al género. Valiendo esto para seguir creyendo en un género que hace y hará muchas fechorías en las mentes de los más enfermos, como en la de los más cuerdos.
País: Usa – Director: Eduardo Sánchez – Guionistas: Eduardo Sánchez & Jamie Nash – Duración: 99 min
Eduardo Sánchez me ha recuperado como seguidor de su cine, de sus jueguecitos con la cámara, de sus terrores y por supuesto, de su historia con esta adorable Molly. Únicamente, y en su día, vi “The Blair Witch Project” y tal fue la decepción que las cruces le eché a este tipo. Pero justo hasta el preciso instante en el que terminé de ver “Lovely Molly”. Película que me ha gustado bastante (mucho) y por diversos motivos. Un drama que se escapa de lo convencional y bochornoso –que hay muchos- y que nos sumerge en una auténtica pesadilla psicológica de aúpa. Su actriz, Gretchen Lodge, que se come la pantalla, el guión y la película: es una jodida pasada con su transformación minuto a minuto en esta “Lovely Molly”.
Tras su casamiento con Tim (Johnny Lewis) –muerto recientemente-, y ubicados en la casa de su infancia de ésta. Comenzarán a aparecérsele antiguos fantasmas que en un pasado ya fueron su martirio y ahora, de nuevo, serán su pesadilla mental, física y sexual, como la nuestra, también, principalmente, por su intensidad tan grandilocuente que desprende el film. Y es que el quedarse en casa sola durante días o largas temporadas, son sólo la punta del iceberg de esta gran historia. Llevada con calma, mostrando poco a poco esos ápices de momentos enormes y para el recuerdo, hasta desembocar en la locura total de nuestra protagonista.
“Lovely Molly” no peca de trucos baratos o chistosos. Es una historia muy seria que comienza con muchísima tranquilidad y sin apenas contarnos nada transcendental hasta que vienes a darte cuenta de que realmente hay mucho con lo que disfrutar y emocionarse, pero claro, para entonces ya estarás metido de lleno en las propias carnes de la espectacular Molly y la salida de ahí sólo será posible con el final o con la muerte. Porque su descenso al infierno, con sus consecuencias paralelas, que dejan de serlo para convertirse en primera persona y reducirla a la mínima expresión de vida dentro de ella misma, se te contagiarán de manera asombrosa.
Eduardo Sánchez ha sabido dotar en todo momento, y esta vez sí, el correspondiente nivel de suspense, terror y agobio que una película, convertida en un muy buen ejercicio de terror, debe contener. Pero a esto hay –debemos- echarle mucho la culpa a los encargados de la música, Tortoise. Pieza clave de esta maraña de sensaciones asfixiantes abocadas a la destrucción psíquica del personaje. Porque su opresión sonora junto a secuencias de escándalo como son el encuentro de Molly con el Pastor Bobby, donde esta le seduce, es el claro ejemplo de una historia bien escrita y plasmada.
El resto de personajes, novio y hermana principalmente, los encuentro más que correctos. Haciendo más grande si cabe a Molly y a su brutal transformación, que nos dejará en evidencia tanto dentro de la casa, como en el bosque o en el propio puesto de trabajo (sin comentarios), llegándonos a convertir nosotros mismos en la propia cama de Molly, la silla de la cocina o esa videocámara que graba todo y lo que no es todo. Seremos y padeceremos, incluso, ese hedor tan horrible y esa violencia, porque la hay y de diferentes formas, quedándonos a merced de cualquier atrocidad.
Hasta día de hoy y porque la situación de uno es la que es, he podido ver poco cine, pero ésta, apunta a ser una de mis películas favoritas del año. Se lo ha ganado a pulso. Muy merecidamente, ya que ha hecho que viva de manera intensísima lo que su protagonista y eso es mucho para mi.
“El Último Fin de Semana”, la última película de Norberto Ramos del Val (“Muertos Comunes”) tuvo su preestreno tuvo lugar con gran éxito el 10 de septiembre en Holanda, dentro delBreda B-Movie, Underground and Trash Film Festival. Un lugar de encuentro para los amantes del cine underground independiente de verdad.
La película, rodada en 14 días con un equipo técnico de 4 personas y con un
presupuesto que no llegó a los 10.000€ gracias a la colaboración como co-
productores de técnicos y actores, tuvo su estreno oficial en España en el Festival de Cine Fantástico de la Costa del Sol – Estepona el pasado día 20 de septiembre de 2011. Se presentó en la sección oficial a concurso.
Protagonizada por Irene Rubio, Alba Messa, Marián Aguilera, Silma López y Nacho Rubio, narra la terrorífica historia de 3 chicas y un chico que van un fin de semana a una casa en la playa. Un gran secreto se oculta en ese pueblo, quizá demasiado tranquilo.
Se trata de un largometraje de terror poco común, en la línea del cine de los años 70, en la línea de gente tan diversa como Peter Weir, Cronenberg, Carpenter, Mario Bava o Carlos Enrique Taboada. Algunos primeros espectadores han llegado incluso a ver influencias del cine de Haneke o Lars Von Trier… Es, en definitiva, una película poco común que no deja a nadie impasible.
La increíble banda sonora original, compuesta e interpretada por el músico sueco Nicklas Barker (del grupo Anekdoten), es ya un pequeño éxito de ventas en el mercado del rock progresivo internacional. Su uso del mellotrón y del sonido característico de las bandas sonoras de Carpenter, Goblin o Fabio Frizzi da un tono realmente intrigante a toda la cinta.
Tras el estreno, esperando aún respuestas de festivales por todo el mundo, la
película se vio en octubre en Uruguay dentro del “Montevideo Fantástico” y seguirá buscando su público. EL DVD ya está disponible en pre-venta (las copias empiezan a salir en marzo hacia todo el mundo)… si no se acaba el mundo antes. Aquí concretamente y rellenando el formulario. Vamos, a que esperan?
CINEMA UNDERGROUND 